Patricio Di Stefano fue presidente del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (ORSNA) durante el gobierno de Mauricio Macri, período en el cual se logró abrir el mercado del transporte aéreo a nuevas empresas que se sumaron para competir con Aerolíneas Argentinas, que perdió su posición monopólica.
Hoy, con la empresa estatal nuevamente bajo la lupa de un gobierno que busca deshacerse del monstruoso déficit que genera cada día, Di Stefano consideró que “Aerolíneas ya es una empresa quebrada, hay que reconocerlo. Si el Estado no pone cientos de millones por año, la empresa no puede pagar ni los sueldos ni otros gastos”.
“Es una locura que el Estado le siga sacando plata del bolsillo a la gente para sostener a Aerolíneas. Es muchísima plata”, remarcó el exfuncionario, para quien el único camino que queda es que Aerolíneas vaya a la quiebra.
“Si ya está quebrada tiene que seguir el camino de las empresas de otros países. Un ejemplo cercano es el de Varig, que en su momento Lula entendió que era una locura que la gente que no usaba un avión subsidiara a personas que pueden pagar un pasaje de avión y la mandó a la quiebra. Para mí, es el camino que tiene que seguir Aerolíneas”, expresó en diálogo con Marcelo Fernández por CNN Radio Rosario.
De todas maneras, Di Stefano planteó dudas sobre a quién le puede interesar comprar Aerolíneas Argentinas, tal como propone el gobierno nacional, dado el calamitoso estado económico en el que se encuentra.
“¿Quién puede querer comprar una empresa que no puede pagar los sueldos sin el dinero de los contribuyentes? Solamente alguien cuyo negocio no sea volar aviones. Es decir, que se dé vuelta y le haga juicio al Estado. Eso, a la larga, deslegitimará todo el proceso. Pasó cuando se privatizó en los 90, que fue absorbida por un grupo de segunda línea como Marsans que la gestionó mal y terminó haciendo juicio. Creo que ésa fue su mayor ganancia, unos 300 millones de dólares. Eso terminó deslegitimando el proceso y con Aerolíneas otra vez estatal. Está probado que ese no es el mejor camino”, indicó.
Luego, remarcó que Argentina es uno de los países con menos vuelos por habitante en Sudamérica. Y lo explicó en la posición dominante de Aerolíneas: “Tenemos menos vuelos que Brasil, Chile, Colombia, Perú y Bolivia. Esto es porque los tickets son caros y la gente no los puede pagar. Eso es porque hay una empresa monopólica que distorsiona el mercado, que tiene precios altísimos y está de los dos lados del mostrador. Además hace todo lo que puede, desde el Estado, para no tener competencia. Eso se ve en cosas como no permitir que otras compañías usen las mangas, no usen el mostrador para el check-in, hacerles paro con Intercargo. Hasta el gobierno de Macri no podían entrar otras empresas”.
Consultado por el aeropuerto de Rosario, administrado por el gobierno provincial, Di Stefano opinó que “el problema que tiene es que en Argentina hay pocos vuelos; entonces es difícil que una terminal sea superavitaria”. Y agregó: “Si tuviésemos una tasa de vuelos per cápita como la de Chile, aeropuertos como los de Córdoba y Rosario serían superavitarios”.
Por último, subrayó que “la imposibilidad de viajar en avión retrasa el desarrollo del país”, y comparó “la revolución del avión” con el desarrollo del ferrocarril en el siglo XIX. “Este pie que Aerolíneas pone sobre la cabeza de las otras empresas lo único que logra es que haya menos conexión y que, por lo tanto, existan menos turismo, menos hoteles, menos restaurantes, menos taxistas haciendo viajes…”.
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