#EvangelioEnUnMinuto #LaVirgenMaríaEnLaSagradaEscrituraYEnLaReflexiónTeológica
En los textos bíblicos es muy poco lo que se dice de María, y tiene todo un sentido va a decir San Juan Pablo II. Porque habla justamente de esa identidad con la que ella nos quiere impregnar el alma a nosotros para que Jesús nazca en nosotros como en ella: humildad, sencillez, pobreza, austeridad y referencia siempre a Cristo.
En el centro del mensaje evangélico Jesús, y allí a un costado ella, San José. Con ese modo, los papás de Jesús, y María en particular, nos enseñan aquello que Jesús alaba al Padre cuando dice: "Yo te alabo Padre, Señor del cielo y la tierra, porque has ocultado estas cosas a los que se creen algo importante y se los has revelado a los pequeños".
El estilo austero, sencillo, pobre, casi imperceptible de la presencia de María en los Evangelios, nos invita a eso también a nosotros, a ubicarnos entre los más sencillos. Pedile a Dios la gracia de la sencillez interior para que todo lo que Dios nos quiera regalar como revelación de él, como darnos a conocer de la presencia de su amor, nosotros como ella, sepamos guardarlo en el corazón.
María rumiaba estas cosas y las guardaba en su corazón, la vida de Dios que se hace carne en ella, que así sea también en tu propia historia.
