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En estas realidades de esas otras ciudades en las que existe la violencia nos reconocemos, y nos parece que en mucho hemos fallado, pero, ¿Hasta dónde es nuestra responsabilidad y hasta dónde tenemos que actuar?, se planteó Miranda Monrreal.
Porque la violencia se vive en el hogar, con los conflictos que se tienen con los vecinos, pero también se magnifica en los medios de comunicación y las redes sociales, lugar en el que aparecen fenómenos como el bullyng, el cutting, y tantos otros que acrecientan las diferencias, pero también las que desencadena una política pública no incluyente de la diversidad, expuso la directora general de ISIC.
Por ello trabajar en disminuir las diferencias y las distancias, desde la cultura y el arte, es un camino ideal, y es el que se persigue a través del comité y los integrantes plurales de la Agenda 21 de la cultura en Sinaloa, comentó.
Con esta serie de artículos de programas de intervención se demuestra que es posible trabajar para la reconstrucción de una sociedad más democrática a través del arte, comenta María Luisa Miranda.
Ronaldo González Valdés, ensayista y sociólogo, maestro e investigador de la UAS, y ex director de DIFOCUR (hoy ISIC), también comentarista del libro, señaló que estos ejemplos son un muestrario excelente de 13 experiencias en ciudades mexicanas y europeas, en las que se expone una metodología interdisciplinaria de la no violencia, que no tiene que ver con la numeralia, en lo económico, como indicador del desarrollo, sino con la dimensión de cultura y educación como punto de llegada.
Al citar cada una de las experiencias detalladas en esta serie de artículos, en las que se interviene desde el arte y la cultura para la prevención y el combate a la violencia, González Valdés dijo que dichos resultados, nos llevan a reflexionar acerca de cuánto vale la cultura, y parece que el valor de ésta no tiene que ver con la rentabilidad, y con el consumo cultural; “hay que ir más allá de eso, de las numeralias, de los informes, de las actividades que se vuelven burocráticas”.
Respecto a los entornos que se trabajaron González externó: “Vivimos en sociedades del miedo, donde, por un lado, existen los grandes bunkers en fraccionamientos privados, y por otro, sectores periféricos desprotegidos: una cruda realidad de diferencias y hay que entender que la diversidad que no se gestiona genera conflicto”, expuso el colaborador de la revista Nexos.
“La globalifobia, la gente xenofóbica levanta las banderas de la exclusión y del racismo, ahí en Culiacán tenemos varios ejemplos, en colonias como las Coloradas y otras de la periferia, de vivencias de exclusión: nos están impactando ya en la vida social y nos van a afectar”, advirtió.
Las metodologías que se comparten en este libro, ahí detalladas, a través de diversos casos en Barcelona, Guadalajara, Veracruz, Ciudad Juárez y algunas otras ciudades, nos pueden “iluminar en los caminos que nos faltan por recorrer y estaremos siempre dispuestos a acompañarte”, dijo González Valdés a Lucina Jiménez, de Agenda 21 de la cultura en Sinaloa, quien coordina los trabajos correspondientes a la agenda de esta área del 2016-2018.
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