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La definición del socialismo cambia tras cada fracaso, se reconstruye, se vigoriza (su bandera: la igualdad y su estrategia de instalación son muy poderosas). Tanto así que el mejor preámbulo es ver cómo se les está explicando el socialismo a las nuevas generaciones; es imperativo analizar su transmutación.
Nos vamos a valer de las definiciones en el tiempo del premio nobel de economía de 1974 Friedrich Von Hayek. Estas han tenido sutiles variaciones que responden a los intentos fallidos de instalarlo:
Socialismo 1956: movimiento organizado para planificar deliberada y centralizadamente los recursos económicos de todos los individuos, en el que le estado es dueño de todos los medios de producción.
El socialismo es una profunda redistribución de la renta, es decir, del ingreso a través de los impuestos y las instituciones del estado benefactor. Según Frederic Hayek en 1976.
En la antesala de la década del 90, mucho antes de su muerte en 1992, ya su concepción del término sumaba otros matices: Todo intento sistemático y deliberado de querer organizar, intervenir y sustituir cualquier área de las interacciones humanas; en especial las tradiciones morales de la sociedad interrumpiendo la evolución cultural de las instituciones. Es decir, se pretende sustituir estos esquemas morales (que la historia de la humanidad le ha costado miles de años en desarrollar y cuyo conocimiento se encuentra disperso en la sociedad) por otros de diseño humano, sin asumir la imposibilidad que le compete a la razón humana al no tener todo el conocimiento necesario y no reconocer la existencia de un orden implícito espontaneo. Ya su definición anunciaba hacia donde se dirigiría la nueva estrategia indirecta: el postmodernismo gramsciano.
El precedente que derriba la Democracia Liberal e instala el Socialismo marxista es un Ataque Directo a las fuerzas militares, su vencimiento, luego expropiar la propiedad privada de los bienes de producción y por último desinstalar las bases y pilares de la sociedad para reinstalar las bases socialistas (método coercitivo) sin las que este no podría funcionar.
Aspectos que identifican el socialismo Marxista: luego del antecedente de la propiedad estatal o colectiva, identificamos otros aspectos como que los factores de producción (capital, tierra y mano de obra ) son de asignación política; no de mercado y eliminan el principio de pérdida o ganancia de la actividad empresarial (circulo vicioso: encierran a la sociedad en la imposibilidad económica ).
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