El día después de haber agredido a Ibáñez en el Café Teatro, Héctor aún no ha dado señales de vida pero Ana, que ha convencido Bonilla para que le dijera donde estaba, empuja a Teresa para que llame a su marido y solucione las cosas. Sin embargo, los intentos de Teresa fracasan cuando al llamar la primera vez, Héctor no está y, la segunda, el hombre le cuelga el telefono después de haberle dicho, sin rodeos, que lo único que le interesa es Ana y todos los demás se le dan un ardite. Ana intenta consolarla pero, cuando Teresa le dice "menos mal que tengo a ti, Ana. Eres la única que me comprende de verdad", la Rivas se acuerda de las palabras que había dicho hablando con su madre y besa a Teresa, que no huye como de costumbre, sino que corresponde el beso y se lanza a su vez a los labios de Ana. Las dos hacen el amor y Ana confiesa a Teresa que está enamorada de ella y que es el amor de su vida. Pero, cuando Teresa le pregunta que qué va a pasar con su matrimonio, Ana le dice que la deje que la quiera y que nunca le pediría que deje a Héctor por ella.

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