En el entrenamiento es clave entender la fisiología del músculo, y más importante todavía como nuestro sistema muscular es capaz de adaptarse al entrenamiento, y así conseguir la mejora a través de la adaptación. Ahora bien, la adaptación ha de ser progresiva, secuencial, y ajustada de forma milimétrica en cada unos de los entrenamientos del atleta en cuestión. El ajuste del entrenamiento con la carga e intensidad nos permitirá mantener la "homeostasis fisiológica"; evitando el sobre-entrenamiento.
Sin embargo no es fácil adaptar el entrenamiento y al mismo tiempo mantener una homeostasis fisiológica idónea. El principio del entrenamiento se basa en el ajuste adecuada de la carga e intensidad, generando adaptación y por lo tanto mejora en el rendimiento, pero al mismo tiempo sin pasarnos, ya que de otra manera podrías obtener un resultado opuesto al esperado. La esencia del entrenamiento es una montaña rusa, alcanzando picos de intensidad y volumen, para después bajar, proporcionando al organismo los estímulos adecuados para recuperar y mejorar. Ahora bien, si los picos son excesivamente altos, o repetitivos en el tiempo, y no dejamos al sistema que asimile y se adapte, el entrenamiento entonces se convierte en un sobre-entrenamiento, difícilmente asimilable por el sistema y por lo tanto provocando un rendimiento comprometido.
"En el entrenamiento, las sesiones deben de estar milimétricamente ajustadas, medidas y así permitir mantener la homeostasis fisiológica del sistema".
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