La privatización de la transmisión del fútbol de Primera División ya es un hecho. A partir del comienzo del nuevo torneo, a mediados de este mes, las empresas norteamericanas Turner (Time Warner) y Fox serán las encargadas de distribuir los partidos de la Superliga a los diferentes operadores de cable de todo el país.
De esta manera se deja atrás definitivamente el modelo del Fútbol para Todos (un nombre sólo parcialmente cierto, ya que al interior del país este llegaba en muchos casos por retransmisoras de cable), por el cual el Estado aportó más de 10 mil millones de pesos durante sus casi ocho años de duración.
Ahora, quien quiera ver fútbol desde su casa deberá pagar un abono que rondará entre los 8.00 y los 1.200 pesos –según el operador que contrate– más un plus de 300 a 500 pesos.
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