Somos nosotros los que nos ponemos un límite diciendo que la vida se acaba a los 40. ¡Pero lo mejor está por venir! Amanda lo pudo comprobar en primera persona una vez que perdió toda la esperanza en lo mejor después que su marido la traicionó y se divorció de ella. Su vida dio una vuelta de 360 grados: no sólo encontró armonía en su nuevo lugar de residencia, sino también un amor verdadero.
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