Junín de los Andes, su Via Cristhi y un ambiente lleno de sentido
Junín de los Andes es una pequeña localidad del sur argentino signada por la cultura de los pueblos aborígenes y también con una fuerte impronta religiosa por la historia de la Beata Laura Vicuña, la cercanía con la tierra de Ceferino y las comunidades religiosas y misioneras que viven allí hace muchísimos años. También la ciudad cuenta con museos para que los turistas recorran y conozcan la historia de esta región preciosa de nuestro país.
Cuenta con 13.000 habitantes, según el censo del 2010, se destaca por ser una ciudad andina que se encuentra sobre el río Chimehuín y por ser el punto de acceso a algunos lagos cercanos como el Huechulafquen.
El Via Cristhi es un Parque de Esculturas que integra distintas cosmovisiones y que es cada vez más reconocido en el mundo. La imponente obra incluye bajo relieves y esculturas con una alta jerarquía artística. En este espacio se reproducen escenas del evangelio, la cultura mapuche y aspectos de la historia argentina. Es un rincón místico de la Patagonia y es imponente lo que se ve y percibe en el lugar.
El arquitecto y escultor Alejandro Santana fue el creador de estas esculturas increíbles, que abrazan y te hablan por sí solas. La gran obra cuenta la historia de Cristo relacionándolo con la vida de los pueblos originarios, con la colonización, con hechos recientes, todo, todo, conectado de una manera inteligente y creativa.
Se trata de 23 estaciones de grandes tamaños, esculturas, alrededores, objetos que acompañan cada una. Escenas de la vida de Jesús que son reconocibles y que nos transportan a pasajes bíblicos conocidos. Escenas que fueron elegidas y pensadas desde un lugar muy de resurrección, de vida. En cada estación hay un lugar para poder orar, un espacio preparado para eso, si así lo desea algún visitante y también todo está rodeado de un entorno natural mágico junto a la vista panorámica que da el cerro donde está enclavado el Via Cristhi.
Cada parada del Via Cristhi es una plaza de 12 metros de diámetro que representa el sol. Hay 12 rayos de sol, que representa también a los 12 apóstoles, a las 12 tribus, a los 12 meses del año. Dentro de ese sol también está la cruz americana que tiene 10.000 años de historia y que representa a las culturas preincaicas.
No es posible obviar contar algo sobre el autor de este lugar, los Salesianos de Don Bosco, contactaron a Alejandro Santana, un arquitecto y escultor ya reconocido por su trayectoria en el sur. Le encomendaron la gran tarea de realizar un Via Crucis en el Cerro La Cruz que mira hacia Junín de los Andes y que cuenta con una vista panorámica increíble.
Alejandro Santana nació en el año 1958 en el barrio porteño de Palermo. La vida poco a poco lo llevó a estar donde está. Hasta los 30 vivió en Buenos Aires, pero luego por los diferentes trabajos a los cuales fue contratado hizo que la Patagonia sea su tierra por adopción y tiene mucho que ver con la impronta de turismo religioso que quedó en la zona de Junín de los Andes. Restauró el Santuario de Laura Vicuña y le fue encomendado el trabajo de hacer un Vía Crucis en el Cerro La Cruz. Este proyecto creció y se transformó hasta llegar a ser lo que hoy vemos.
La obra intercultural comenzó en el año 2000, fueron años de trabajo, de búsquedas, de encuentros. El sueño de Santana era poder terminar esta gran obra con un Cristo que surja de la misma montaña y desde allí ilumine a toda la región. El mega Cristo Luz emergido de la montaña es una escultura de gran tamaño, de 52 metros de largo y 42 de ancho.
Se trata de una imagen tridimensional de un Cristo renaciendo de la naturaleza, realizado en hierro y vidrio laminado. En su interior, que se ilumina por la noche, posee un anfiteatro que puede albergar hasta 100 personas. A este lugar se puede acceder por dos lugares, la nuca de la escultura y la herida del costado.
Desde lejos se observa asomar del cerro la erguida cabeza gigante del Cristo Luz, sus brazos y manos extendidos abarcando el paisaje patagónico y una pierna que le otorga ese efecto de atravesar la roca para acompañar al pueblo.
Con esta escultura culmina el Via Cristhi de 2,7 km con sus 23 estaciones que cuentan la vida, muerte y resurrección de Cristo encarnado en la realidad de todos los pueblos y todos los tiempos.
Visitar este lugar fue conectar con la vida, con la historia, la cultura, la entrega. Nos surge una admiración profunda por el escultor y por todo el trabajo que se realizó. También una conexión con nuestros pueblos originarios y la historia de la humanidad. Fue un recorrido espiritual que nos conectó con lo profundo.
Música: Rodrigo Carazo ◆ Antes del Tiempo [Acústico]
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