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La mayoría de los pastos de las regiones tropicales no satisfacen completamente las necesidades de minerales
en los animales que los pastan, como consecuencia de las limitaciones climáticas y del suelo que impone restricciones
nutricionales a los pastos. La escasa disponibilidad de minerales en el suelo afecta a los forrajes restando la
concentración del elemento deficiente en sus tejidos y contribuyendo con el bajo crecimiento de la planta.
Las deficiencias de minerales en el ganado, han sido reportadas en casi todas las regiones del mundo y se
consideran como minerales críticos para los rumiantes en pastoreo el Calcio (Ca), Fósforo (P), Sodio (Na), Cobalto
(Co), Cobre (Cu), Yodo (I), Selenio (Se) y Zinc (Zn); otros como el Cu, Co, Hierro (Fe), Se, Zn y Molibdeno
(Mo) disminuyen conforme avanza la edad del forraje (Reid y Horvath, 1980, McDowell, 1996, citados por
Flórez, Cristóbal, 2004). Por otra parte, los requerimientos de minerales para los rumiantes dependen del tipo y
nivel de producción, edad de los animales, nivel y forma química del elemento, interrelación con otros minerales,
raza y adaptación del animal al suplemento. (Klassen, Norman, 2010).En general, los bovinos requieren de unos
quince (15) elementos minerales, con la finalidad de garantizar una adecuada nutrición y asegurar una eficiente
productividad (Montero, Rafael, 2006).
Se ha encontrado que la carencia o desequilibrio de minerales en el suelo se refleja en el valor nutritivo de los
pastos y esto es una de las causas de la baja productividad y de los problemas de reproducción del ganado vacuno;
esto se manifiesta en una tasa de concepción no mayor a 45%, un porcentaje de abortos que puede alcanzar al
10% y una edad y peso al primer servicio y al primer parto que están fuera de los valores eficientes para una ganadería
productiva (Garmendia, 2006). Además, puede causar aberraciones en el apetito como la pica o malasia e
incrementar el riesgo de ciertas enfermedades infecciosas como el botulismo (Reinoso y Silva, 2010). Las deficiencias
de minerales son también responsables de la alta incidencia de fracturas de animales en los hatos.
El estado de madurez del forraje es de importancia sobre el contenido de proteína y de minerales en las plantas,
ya que durante la etapa inicial de crecimiento se presenta un alto contenido de minerales, contrario a la disminución
gradual que se presenta a medida que la planta madura. Minerales como el P, Zn, Fe, Co y Mo son los que
presentan mayor disminución durante el proceso fisiológico de crecimiento y maduración de la planta. Se ha encontrado
disminución del cobre de 10 ppm a menos de 4 ppm en pastos que maduran, mientras que en el P la diferencia
va de 0.25% a valores inferiores a 0.10% (Chicco y Godoy, 1987). En sabanas centrales de Venezuela encontraron
deficiencias de P en el sistema suelo, planta animal, ocasionalmente Ca en algunos componentes del
suero sanguíneo, hueso y forrajes, y altas concentraciones de Fe, Manganeso (Mn) y Zn que pueden ocasionar
relaciones antagónicas (Depablos et al, 2009.
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Juan Gonzalo Angel Restrepo
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