[ Ссылка ] Consolidación de sus relaciones. Es el objetivo formal de la décimo quinta cumbre de la Unión Europea con China que ha arrancado es jueves en Bruselas, solo siete meses después de que se celebrara el último encuentro bilateral en Pekín.

La crisis del euro arrecia y ambas partes están interesadas a apoyarse en el desarrollo mutuo de sus economías.

"Interdependientes", tal y como ha reconocido el presidente del Consejo Europeo Herman Van Rompuy en su discurso de apertura de la cumbre.

Por su parte, el presidente de la Comisión Europea José Manuel Durao Barroso recordaba (con cifras y porcentajes) que el bloque europeo ha apoyado en la última década el desarrollo de China a través de comercio y la transferencia de tecnología. En resumidas cuentas y sin necesidad de decirlo abiertamente, ahora le tocaría a China, (segundo socio comercial de la UE solo detrás de EEUU) ayudar a Europa a salir del bache.

Pekín ha aprovechado la ocasión, y a buen entendedor pocas palabras, para reclamar a la Unión Europea que levante el embargo de armas impuesto hace más de veinte años tras la matanza de Tiananmen. Y ha lamentado "profundamente" que Bruselas no reconozca el estatus de China como "economía de mercado", lo que permitiría eliminar algunas de las barreras comerciales impuestas por competencia desleal a las importaciones asiáticas.

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