Los cálculos renales son partes de una piedra, o de un material similar al cristal, que pueden localizarse en cualquier parte del tracto urinario, aunque a menudo se encuentran en los riñones, los uréteres o la vejiga.

De acuerdo al urólogo Emmanuel Rosas Nava, aproximadamente 13 por ciento de los varones y 7 por ciento de las mujeres terminarán por formar un cálculo renal durante su vida, especialmente en la tercera y cuarta décadas de la vida; y la prevalencia de este problema va en aumento en todo el mundo. En cuanto a factores étnicos o raciales, se observa más incidencia en blancos, seguido por hispanos, asiáticos y por último afroamericanos; y, en lo que se refiere a factores geográficos, se observa una mayor prevalencia en personas que viven en climas cálidos, áridos o secos.

Una persona puede tener un cálculo renal y no saberlo, pero, si la piedra empieza a moverse al uréter, el cual tiene un diámetro de 3 a 4 mm, puede causar un cólico renal cuyo dolor es muy agudo. Los síntomas que generan las piedras del riñón dependen del tamaño, el tipo de piedra y su ubicación en el tracto urinario. Los cálculos renales pueden ser tan pequeños como un grano de arena, o tan grandes como una pelota de golf, y pueden ser lisos o irregulares.

El tratamiento también depende del tipo de cálculo y de la gravedad de los síntomas. Los cálculos pequeños regularmente salen a través del aparato urinario por sí solos, mientras que otros requieren medicamento que los desintegre y, en casos extremos, la cirugía es indispensable.

En este programa los especialistas nos hablarán de los factores de riesgo que favorecen la formación de un cálculo renal, los síntomas que se pueden presentar, cómo se realiza el diagnóstico y cuáles son las opciones de tratamiento.


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