El Primer Ministro de Japón, Taro Aso se ha convertido en el jefe de gobierno que ha traído al Papa el regalo más original: una cámara de vídeo de última tecnología.
Taro Aso, que es católico, seguramente apreció también mucho la pluma que le regaló el Papa.
Durante su visita al Vaticano, intercambió opiniones con el Papa sobre la crisis económica y las ayudas a África.
A pesar de que sólo un 1% de los japoneses son católicos, el Vaticano y el país del sol naciente mantienen relaciones diplomáticas estables desde 1952. Las habían interrumpido durante la II Guerra Mundial.
BR
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