n promedio, los niños y jóvenes permanecen unas 6 horas diarias en su institución educativa, distribuidas entre los salones de clase, los laboratorios, la biblioteca, las canchas deportivas y el restaurante escolar, entre otros lugares. Es allí donde aprenden y donde también se forman como mejores seres humanos y como ciudadanos responsables, informados y autónomos que contribuirán en la construcción de un mejor país. Por eso, esos espacios deben ser dignos y seguros, deben contar con una buena iluminación y ventilación, deben servir para que tanto docentes como estudiantes se sientan cómodos y puedan enseñar y aprender cada vez más y mejor. Desde 2010, el Ministerio de Educación ha entregado más de 30 megacolegios y ha construido o reconstruido más de 4.800 sedes educativas oficiales, la mayoría rurales. Una de ellas es la Institución Educativa Catumare, ubicada en Villavicencio (Meta), cuyas instalaciones acumulaban un notable deterioro y en la que, además, por falta de espacio ya se registraban clases con 40 o más estudiantes, lo que incide en la calidad de la educación que reciben. El Ministerio de Educación apoyó la construcción de una nueva sede campestre para esta institución, con una infraestructura amplia y moderna y con la dotación necesaria para que sus estudiantes cuenten con ambientes dignos de aprendizaje. Escuela Colombia es educación de calidad que se ve.
