Su nombre es sinónimo de humildad, solidaridad y resiliencia. Es que, más allá de ese galán de telenovelas que supo traspasar fronteras y conquistar a varias generaciones a fines de los 90, Facundo Arana se convirtió en el referente de muchos. Fue ese músico pelilargo que tocaba el saxo en el subte y que, con mucho esfuerzo y constancia, pudo alcanzar su sueño. Fue ese muchachito que, con perseverancia y optimismo, le ganó la batalla al cáncer y también, ese que, a través de desafíos y pruebas arriesgadas, siempre levanta la bandera de la solidaridad en pos de las causas más justas. “Tengo un oficio (actuar) pero cuando me voy a escalar o me voy a hacer algo que a mí me gusta poder hacerlo con una bandera que no me pesa nada y poder decir algo, me da alas”, le confiesa el actor a LA NACION mientras repasa las distintas campañas a las que le puso el cuerpo a lo largo de estos años.
Si bien en el último tiempo Arana prioriza los proyectos que más tiempo le permitan estar con su familia, esta segunda mitad del año será bastante ajetreada para él. Mientras que planea volver a la pantalla grande y repetir dupla con Gianella Neyra; una de las parejas de novela que fue furor a principios de los 2000 al frente de Yago, pasión morena, el actor y músico vuelve a subirse a las tablas con En el aire; una obra que estrenó hace doce años atrás y que es muy especial para él. “La presento siempre como la obra más linda del mundo porque creo con toda mi alma que lo es. Estoy muy orgulloso de hacerla”, confiesa quién se presentará todos los viernes de agosto en Paseo La Plaza.
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