Un tumor es una masa anormal de tejido que puede desarrollarse en cualquier parte del cuerpo. Los tumores pueden ser benignos o malignos, lo que significa que pueden ser no cancerosos o cancerosos, respectivamente.
Tumores benignos: Estos tumores no son cancerosos y generalmente no se propagan a otras partes del cuerpo. Tienden a crecer lentamente y, en la mayoría de los casos, no representan una amenaza grave para la salud. A menudo, los tumores benignos se pueden extirpar quirúrgicamente si causan síntomas o molestias.
Tumores malignos (cancerosos): Estos tumores son cancerosos y pueden crecer de manera descontrolada. Tienen la capacidad de invadir tejidos circundantes y de diseminarse a otras partes del cuerpo en un proceso conocido como metástasis. Los tumores malignos son potencialmente mortales y requieren tratamiento médico agresivo, que puede incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida u otras opciones, dependiendo del tipo y la etapa del cáncer.
Los tumores pueden originarse en diferentes tipos de tejidos del cuerpo, lo que da lugar a una variedad de tipos de cáncer. Algunos de los tipos más comunes de cáncer incluyen:
Carcinoma: Cáncer que se origina en la piel o en los tejidos que recubren órganos internos, como los pulmones, los senos, el colon y la próstata.
Sarcoma: Cáncer que se origina en los huesos, los músculos, los tejidos fibrosos, los vasos sanguíneos u otros tejidos conectivos del cuerpo.
Leucemia: Cáncer que afecta a los tejidos productores de sangre, como la médula ósea y el sistema linfático.
Linfoma: Cáncer que afecta al sistema linfático, que incluye los ganglios linfáticos, el bazo y otras partes del cuerpo que ayudan al sistema inmunológico.
Carcinoma de células escamosas: Un tipo de cáncer que se origina en las células escamosas, que son células delgadas y planas que se encuentran en diferentes partes del cuerpo, como la piel y los órganos internos.
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