Texas ha firmado una polémica legislación, la SB4, que permite a las autoridades locales detener e iniciar los trámites de deportación a quienes lleguen ilegalmente al Estado. Esta medida, considerada la más severa en los últimos 20 años en materia de inmigración en Estados Unidos, ha generado un intenso debate sobre los derechos de los inmigrantes y la seguridad fronteriza. Mientras tanto, los gobiernos de Estados Unidos y México han alcanzado un acuerdo para abordar la crisis migratoria en la región fronteriza.
El acuerdo se produce en respuesta a un aumento preocupante en los cruces irregulares en la frontera sur de México, con cifras de detenciones fronterizas que alcanzaron las 8.000 en un solo día la semana pasada, tras el fin del Título 42. Esta situación ha generado una crisis humanitaria sin precedentes, con cientos de migrantes durmiendo en las calles de El Paso, Texas, mientras se anticipa que la cantidad siga aumentando.
Para contrarrestar esta situación, se ha acordado despresurizar las ciudades del norte de México que limitan con El Paso, Eagle Pass (Texas) y San Diego (California). Esto se llevará a cabo mediante un plan de deportación de migrantes que los devolverá a sus países de origen. Además, se implementarán medidas para disuadir a los migrantes de utilizar el sistema ferroviario para llegar a la frontera con Estados Unidos.
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