Nombre científico: Lilium candidum L.
Nombres comunes: Azucena, lirio blanco, flor de la virgen.
Parte utilizada: Flores, bulbos.
Usos tradicionales.
El aceite de la planta se emplea como emoliente, para curar quemaduras, úlceras, manchas cutáneas, pecas, eczemas y otras imperfecciones de la piel; el té de las flores sirve como sudorífico y la tisana, como diurético. El polen es estimulante y antiespasmódico.
Principales constituyentes.
Los bulbos y las flores contienen ácidos orgánicos, flavonoides, esteroides, glicósidos y compuestos nitrogenados. Del polen se han aislado aminoácidos y ácidos ribonucleicos.
Indicaciones.
Uso externo: Despigmentador de la piel
Posología
Modo de empleo: Tópico
Ungüento y loción: aplicar varias veces al día
Contraindicaciones y precauciones.
Sólo para uso externo.
Toxicidad.
No se conocen reportes sobre estudios realizados.
Formas farmacéuticas.
Loción. Ungüento con extracto de las flores.
Fuente: vademécum-plantas-medicinales.pdf
La azucena o Lilium candidum es una planta bulbosa de tamaño grande, pudiendo alcanzar una altura próxima al metro, con el tallo recubierto de hojas lanceoladas, tanto más erguidas, cuanta mayor altura alcanzan. La planta presenta flores blancas de tamaño grande, agrupadas en ramilletes terminales.

Algunos autores afirman que la azucena procede de oriente, especialmente del sudoeste asiático, mientras que otras opiniones sitúan su hábitat en el sur de Europa. Como quiera que sea, la azucena es actualmente una planta cultivada, siendo raro su hallazgo en forma asilvestrada.

Propiedades y usos tradicionales ▲
A los bulbos se atribuyen numerosas propiedades terapéuticas, como astringente, demulcente, antiepiléptico, analgésico, antiespasmódico, antitumoral, fungicida, sudorífero, cicatrizante, emoliente, diurético, expectorante, estimulador de la fagocitosis, tónico y vulnerario.

De acuerdo con este amplio catálogo de propiedades atribuidas, las aplicaciones tradicionales incluirían abscesos, artrosis, quemaduras, callosidades, diversos tipos de cáncer, hematomas y magulladuras, candidiasis, enfermedades diversas de la piel, dismenorrea, epilepsia (polen de la planta), hidropesía, jaqueca, erisipela, forúnculos, enfermedades del hígado o de tipo ginecológico, lumbago e inflamaciones en general, espasmos, pólipos, embarazo, dolor de dientes y un largo etcétera.

Las aplicaciones más extendidas consisten en tisanas o decocción de los bulbos en agua o leche. Esta es la forma más tradicional, aplicándose enfermedades como la hidropesía.
Localmente, los bulbos, cocidos y machacados, se aplican en forma de cataplasma en tumores, úlceras e inflamaciones de la piel y abscesos.
En homeopatía se utilizan las plantas frescas con flores como antiespasmódico.

También se usa el aceite de las flores, a las que se han quitado los estambres y anteras en aplicación local en caso de úlceras cutáneas, quemaduras, granos y forúnculos, tumefacciones, manchas de la piel, grietas del pezón y otras afecciones cutáneas.
En la provincia italiana de Lucca, una zona relativamente aislada del resto de la península, los lugareños utilizan la azucena para tratar localmente las lesiones del herpes zoster.
Fuente: [ Ссылка ]

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