La profesora Ana María Esquirola nos enseña cómo aplicar un cataplasma de arcilla en la rodilla. Primero pondremos unas gasas encima de la zona a tratar, en este caso las rodillas.
Acto seguido, pondremos la arcilla que previamente hemos preparado, un barro un poquito espeso, pero igualmente manejable. Para los tratamiento de arcilla hay varios tiempo a utilizar también en función de dónde lo aplicamos, pero en este caso todo lo que es osteoarticular se aplicará entre media hora y una hora y entonces ya se recogerá.
Repartiremos un poquito la arcilla, para que las dos rodillas estén lo más parecidas posible con la ayuda de un depresor. Es importante saber que la arcilla se tiene que preparar con utensilios naturales, en este caso un cuenco de cerámica y lo estoy esparciendo con un utensilio de madera. Nunca debemos utilizar plásticos, vidrios, acero inoxidables.
Vamos aplicándolo, lo vamos extendiendo y abarcamos toda la zona que queremos tratar. La arcilla tiene propiedades antiinflamatorias, remineralizantes y nos va a ser de gran ayuda para reabsorber algún líquido sinovial que crea esta inflamación o simplemente en un caso de artrosi o de osteoporosis.
Tenemos que tener en cuenta que también nos están actuando los principios activos de los aceites esenciales. Ésta sería una buena aplicación de la geoterapia. Gracias a la ayuda de las gasas, va a ser mucho más manejable y luego seguidamente cogeremos otra toallita, la gasa y limpiaremos bien la zona tratada. Finalmente, podremos volver a masajear un poquito con alguna crema adecuada para este fin.
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