Las autoridades peruanas se mantienen en alerta por las intensas lluvias que dejan ya más de 8.000 personas damnificadas. Los deslizamientos de lodo y las corrientes de agua sepultaron casas y vehículos. En la cuenca del río Chillón, decenas de familias llegaron a vivir por falta de dinero, no tienen adónde ir y esperan ayuda.
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