Un deslucido Tigre empezó mal este jueves su paso por la fase de grupos de la Copa Libertadores al caer por 2-0 en Victoria frente a Libertad de Paraguay.

Demasiado poco ofreció el Matador durante el desarrollo del partido. Esperó pasivamente su propio despertar con el correr de los minutos, aunque no le bastaron las pocas apariciones del valioso Rubén Botta para desnivelar. El visitante, donde se desempeña Pablo Guiñazú, sí supo cómo pisar los metros finales y generó casi todas las emociones de la noche.

En el primer tiempo, Javier García debió intervenir ante un remate de Pablo Velázquez y otro de José Núñez, y luego Martín Galmarini aportó un cabezazo alto. No obstante, en la última media hora del período el trámite se acható y se hizo peleado en el medio aunque intrascendente en las áreas.

Pero en el complemento, tras un buen remate de William Mendieta que tapó García, Alejandro Donatti atajó con la mano un segundo cabezazo y se ganó la roja y el penal en contra. Así fue como Sergio Aquino, a los ocho minutos, abrió el marcador con un disparo al medio.

El cachetazo tampoco despertó a los de Néstor Gorosito, que ahora encontraban en la inferioridad numérica un nuevo impulso para su pasividad. García debió aparecer de nuevo frente a Núñez, y a los 42, en un tiro libre por la derecha a 25 metros del arco, el ingresado Jorge González (volvía tras una rotura de ligamentos), sorprendió a García con un remate alto y puso cifras definitivas.

El partido terminó con algunos empujones y discusiones signadas por la impotencia de Tigre. No fue bueno el comienzo en el Grupo 2 para el elenco argentino, que perdió importantes puntos de local y deberá reponerse rápido para no hipotecar sus chances de clasificación.

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