Daniel, Ananías, Misael y Azarías son llevados al palacio del rey Nabucodonosor para ser entrenados en su servicio. Cuando se les ofrecen alimentos malsanos que han sido dedicados a los ídolos, discuten entre ellos qué deben hacer. Deciden que Daniel le pida al jefe encargado que les proporcione alimentos sencillos y más sanos. El oficial dice que no. Entonces Daniel habla con el mayordomo asignado a los cuatro hebreos y este acepta probarlos durante diez días. Al final del período de prueba, el mayordomo se da cuenta
de que su estilo de alimentación provisto por Dios, es el mejor. Se convierte en su aliado y amigo. Al velar por ellos cada día, aprende también acerca de su Dios.

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