CUANDO LOS condados de ROCHA Y MALDONADO EN URUGUAY buscaron reemplazar la forma probada y verdadera de cruzar la Laguna Garzón, por balsas flotantes de un solo vehículo, saltaron directamente hacia un plan que se convirtió en uno de los puentes más reconocibles del mundo en la actualidad.

Después de seis años de audiencias públicas y negociaciones con las comunidades locales, Rafael Viñoly Architects (la misma empresa responsable de la delicada torre de 432 Park Avenue, el aeropuerto Carrasco de la era espacial, el estadio de atletismo de la Universidad de Princeton y más) encontraron la manera de cumplir con lo estricto. necesidades de las comunidades naturales y culturales conectadas por el nuevo puente. El éxito del proyecto dependía de su capacidad para incorporar las leyes sensibles del área, que, según el donante primario Eduardo Constantini, estipulan que solo el 35% del tramo entre las lagunas podría desarrollarse, mientras que el 50% debe dedicarse a áreas verdes.


Ya cruzado por más de 1,000 vehículos cada día, el puente está preparado para convertirse no solo en una mejora significativa del predecesor flotante de la laguna, sino que se convertirá en un destino por derecho propio. Aunque costó aproximadamente $ 11 millones completarlo, el puente que creó una “laguna dentro de una laguna” desde entonces ha vinculado a las comunidades tanto local como internacionalmente, al tiempo que ha creado de manera responsable una entrada al mundo natural circundante donde anteriormente no había ninguna; En el mundo moderno, donde la conectividad lo es todo y los retornos a la naturaleza rara vez se hacen, usted decide si unos pocos millones son un precio digno para tal gracia.

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