En el pequeño pueblo turolense de Orihuela del Tremedal existe una leyenda popular, muy poco conocida por los aragoneses, que da origen a un culto mariano. Se trata del supuesto milagro que la Virgen María obró en un pastor manco, aparentemente llamado Pedro Noves, al que devolvió el brazo derecho; hecho que recuerda al milagro del cojo de Calanda.
De las pocas referencias bibliográficas existentes hallamos una descripción del mismo en “La Guía de Lugares Misteriosos y Legendarios de España”, de B&P Autores (Jorge Blashke y Pedro Palao Pons), de Tikal Ediciones. Allí narran que en la iglesia de esta población, dedicada a San Millán de la Cogolla, se observa, entre las escenas pintadas, la de la aparición de la Virgen del Tremedal a un pastor manco para solicitarle alimento.
Una curiosidad acerca de la construcción de esta iglesia parroquial la rescatamos de la “Guía Artística de Orihuela del Tremedal”, de Santiago Sebastián, que plantea la posibilidad de que los primeros pobladores cristianos bien pudieran ser navarros, “pues sólo a ellos —comenta el autor— es atribuible la dedicación de la parroquial a un santo muy venerado en Navarra y totalmente extraño en tierras turolenses: San Millán de la Cogolla”.
La tradición sitúa el relato del milagro del manco de Orihuela en primavera, cuando la Virgen se aparece a un pastor tras unas rocas del monte. Le pedía un trocito de torta que llevaba en el zurrón explicándole que tenía hambre. Cuando el pastor fue a coger el pan de la alforja, evidentemente con la mano sana, la Virgen le indicó que lo hiciera con la otra: “No, pastor, no. Has de sacarlo con la otra mano”; a lo que éste, que todavía no había reconocido a la Sacra Dama, repuso que no la tenía, diciendo: “Señora mía, si pudiera valerme de la otra mano a buen seguro no llevaría vida tan arrastrada como la que ahora llevo”. Sin embargo, la Virgen insistió: “Vamos, prueba a sacarlo con la otra mano”. Y cuando fue a usar la diestra ausente, sin saber muy bien por qué, metió el hipotético brazo en la talega descubriendo al instante que su extremidad se había repuesto al completo.
El punto más piadoso de la narración discurre en este preciso momento, al comprender el pastor quién era la insólita Dama que tenía delante, hincándose de rodillas para adorarla. “Ahora, pastor —le habló la Virgen— vuelve a Orihuela y comunica a todos el milagro que en ti he obrado, pues siento agrado por esta tierra y es mi deseo ser venerada en ella”.
No tuvo que dar muchas explicaciones de lo sucedido, ya que sus dos brazos delataban el supuesto milagro de la restitución del miembro, por lo que el pueblo entero fue en procesión al lugar del prodigio: la sierra del Tremedal. La Virgen ya no estaba allí, pero en su lugar había una imagen suya que llevaron a la iglesia y que desapareció un día después. Al parecer, la buscaron por todas partes hasta que apareció en el mismo lugar donde la encontraron, por lo que el pueblo entendió que la Virgen quería permanecer allí, decidiendo edificar una ermita en ese terreno de difícil acceso.
La leyenda prosigue su discurso con nuevos portentos y maravillas atribuidos a la aparición mariana, como por ejemplo, el pozo que las gentes de Orihuela se propusieron cavar y que a los pocos golpes comenzó a manar agua en abundancia, o cómo al arrancar unos pinos para abastecerse de madera y leña descubrieron en las raíces de uno de ellos un tesoro y una suma de dinero suficientes para acabar desahogadamente la obra proyectada en honor a María.
Es por todo esto que los fieles creen que la denominada Nuestra Señora del Tremedal los ha protegido y cuidado de las adversidades, salvando a los niños que iban a morir ahogados en pozos, velando y multiplicando el ganado de los pastores o incluso protegiendo a una fiel devota de las garras del mismísimo diablo.
Ntra. Sra. del Tremedal es patrona de la Diócesis de Teruel y su fiesta se celebra el domingo siguiente al 8 de septiembre.
Televisión Autonómica de Aragón. 08-05-2007.
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