La Junta de Castilla y León aprobó en la reunión de su Consejo de Gobierno la declaración de la Tauromaquia en Castilla y León como Bien de Interés Cultural (BIC) de carácter inmaterial ya que para el Ejecutivo forma parte de la cultura popular y tradicional de la Comunidad. Además, con esta medida el Gobierno autonómico pretende preservar los valores artísticos y culturales de la fiesta de los toros así como impulsar las actividades económicas asociadas a ella como el turismo.
El consejero de la Presidencia y portavoz, José Antonio de Santiago-Juárez, explicó en su comparecencia que la Junta de Castilla y León constituyó recientemente la Mesa de la tauromaquia de Castilla y León, un órgano especializado de participación, asesoramiento y propuesta en materia de promoción y difusión de la fiesta de los toros, especialmente en cuanto a manifestación cultural y producto turístico.
Asimismo, la declaración se concreta fundamentalmente en las corridas de toros y el arte de la lidia del toro, heredada de las reglas establecidas a partir del siglo XVIII. En estos mismos términos se han establecido otras declaraciones de la fiesta de los toros como Bien de Interés Cultural en Murcia, Madrid y Castilla La-Mancha, mientras que Navarra aprobó en 2010 una declaración institucional que reconoce la tauromaquia como patrimonio cultural inmaterial.
También en otros países como Francia, las corridas de toros se inscribieron como patrimonio cultural inmaterial por considerar que estos espectáculos constituyen un aspecto significativo de la historia, con presencia en la zona sur de Europa y en América Latina, incluso impulsa su reconocimiento por la Unesco como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
Cultura de Castilla y León
Según la Junta, la tauromaquia está "intensamente imbricada" en la cultura popular de Castilla y León y forma parte "inseparable" de la identidad de su pueblo. En su opinión, su influencia cultural en la sociedad es "evidente" en todos los ámbitos y remarcó que el mundo del toro también se refleja en la creación de un paisaje reconocible en distintas partes de Castilla y León.
La declaración señala que el toro de lidia se desarrolla en un sistema de producción extensivo, que permite el aprovechamiento racional de los recursos naturales y resulta "imprescindible" para la que la dehesa sea un ecosistema sostenible y muy singular dentro de nuestra Comunidad. "La cría de ganado de lidia, permite por un lado la conservación de este entorno natural que de otro modo estaría en peligro de desaparición, y por otro la propia conservación del tipo racial del ganado de lidia", expuso la Junta.
La tradición, la cultura popular, la cultura artística, la literatura, el lenguaje cotidiano, el arte culinario, la pervivencia de industrias artesanales asociadas a la fiesta -sastres, bordadores, zapateros, forjadores, fabricantes de muletas, capotes o sillas de montar, entre otros.- así como el respeto y conservación de la naturaleza del territorio, hacen de la tauromaquia un "hecho excepcional único" para Castilla y León, según la Junta que recordó que ha pervivido a lo largo de los siglos.
Relevancia económica
Finalmente, el Gobierno autonómico remarcó que la tauromaquia es el segundo espectáculo de masas en España, después del fútbol, ya que cada temporada asisten a las plazas de toros alrededor de 60 millones de espectadores. En 2013 aumentó el número de espectáculos taurinos respecto a 2012 y Castilla y León fue la segunda comunidad autónoma con mayor número de festejos taurinos y populares, con 2.196.
En la Comunidad intervienen más de 400 agentes en el sector de la tauromaquia, desde ganaderos, veterinarios, empresarios hasta museos y escuelas de tauromaquia. Se estima que el sector generó en 2011 más de 416 millones de euros de gasto o impacto económico directo y que el impacto económico indirecto e inducido ascendió a 837 millones de euros. La aportación del sector representa aproximadamente el 1,5 por ciento del PIB (Producto Interior Bruto) autonómico.
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