Eliminar el tabú que pesa sobre el suicidio es una tarea de todos. En la mayoría de los casos, si una familia tiene la desgracia de vivir de cerca un suicidio evita casi siempre que trascienda. Un infarto, un accidente… cualquier excusa será buena para que ni vecinos ni compañeros de trabajo, ni parte de la familia se entere.
De hecho durante mucho tiempo a los suicidas se les enterraba aparte, no podían ser enterrados en “sagrado”. Por esa herencia cultural o por la vergüenza o el vértigo que provoca, lo cierto es que hablar de suicidio no es fácil.
Sin embargo, hoy se ha demostrado que es positivo visibilizarlo desde la prevención. La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja desarrollar planes de prevención en todos los ámbitos porque el suicidio se ha convertido en un grave problema de salud pública.
En el mundo cada 40 segundos una persona se quita la vida.
Eliminar el tabú y el estigma
El suicidio no se elige: el 90 por ciento de las personas con ideas suicidas sufre una enfermedad mental, como esquizofrenia, trastornos de personalidad o alcoholismo y en la mayoría de los casos depresión.
Es el sufrimiento que padecen lo que les bloquea y hace que vean el suicidio como la única salida. Es la enfermedad, la que les hace tambalearse entre las ganas de vivir o de morir.
Nos los explica Guillermo Petersen, Coordinador de la Oficina Regional de Salud Mental de la Comunidad de Madrid, donde se ha puesto en marcha una Campaña de Prevención del Suicidio: “La depresión es una enfermedad infradiagnosticada y si hay síntomas como tristeza, desesperanza, culpabilidad, cansancio, apatía, se tiene que acudir a un médico, porque detrás de la depresión está el riesgo de suicidios, sobre todo detrás de la depresión grave”.
Otra de las lecciones a aprender es que no hay que escandalizarse si alguien cercano te cuenta que ha pensado en “quitarse la vida”. Lo habitual es reaccionar siempre con un “anda, anda, no digas tonterías, menudo disgusto nos darías” y zanjar el tema. Es la salida más común, porque se cree que si se ahonda más se puede fomentar la idea en vez de quitarla. Hoy los psiquiatras aconsejan lo contrario, hay que hablarlo sin actitud crítica y manifestar comprensión y escucha.
Entre los 15 y los 30 años es la segunda causa de muerte
Las cifras de los suicidios son alarmantes. La comunidad internacional está preocupada. El mayor número de casos se da en personas de 70 o más años, pero es muy alta entre los jóvenes.
Siete de cada diez adolescentes preguntados en Europa aseguró que había tenido ideas suicidas dos semanas antes. Son datos facilitados por Pilar Saiz, Profesora Titular de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo que ha participado en un estudio de doce países europeos.
Mediante ese estudio y tras una intervención durante el curso en los centros de enseñanza, más de la mitad descartaron el suicidio como solución a sus problemas, en especial aquellos que participaron de forma activa en el proyecto. El suicidio por tanto, aseguran los especialistas, también se puede prevenir desde el ámbito educativo además del sanitario.
En nuestro país 3.500 personas se suicidan al año. Las estadísticas no reflejan todas las circunstancias.
“Se calcula que en España se suicidan 3.500 personas al año, pero podrían ser más”
Javier Jiménez Prietopaolo, Presidente de la Asociación de Investigación, Prevención e Intervención del Suicidio.
Mejorar la detección de las personas en riesgo y la continuidad asistencial
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