ENFERMERA DESPEDIDA POR ROBO LLEVA EL ANILLO QUE EL MILLONARIO DIO A SU HIJA DESAPARECIDA HACE...
La mansión Monteiro resplandecía bajo el sol de la tarde. Desde el interior, los pasillos amplios y decorados con mármol reflejaban la opulencia de una familia acostumbrada al poder. Paola recorría por última vez aquel lugar que había sido su espacio de trabajo en los últimos meses, pero esta vez no como enfermera dedicada, sino como una criminal señalada.
—¡Lárgate de mi casa inmediatamente! —rugió Rogelio Monteiro, su voz reverberando en las paredes doradas de la sala principal.
Paola temblaba, sintiendo cómo la mirada de todos se clavaba en ella con desprecio. Apretó los puños con fuerza, sintiendo el ardor de la injusticia quemándole el pecho.
—Se lo juro, señor Monteiro —dijo con la voz quebrada—, yo no robé nada. El empresario se pasó una mano por el cabello entrecano, exasperado. Su expresión reflejaba enojo, pero también algo más profundo: decepción.
