Ha sido posiblemente el primer caso de crónica negra realmente mediático en nuestro país. Fue una historia que sobrecogió el alma de los españoles de principios de la década de los 90.
El 13 de noviembre de 1992, tres niñas, Miriam, Toñi y Desiré, de catorce y quince años, desaparecieron en el municipio valenciano de Alcasser cuando, para dirigirse al cercano pueblo de Picasent en el que pensaban acudir a una discoteca, decidieron hacer autostop. Montaron en un coche que supuso la perdición de las tres muchachas. Esa misma tarde desaparecieron sin dejar rastro.
El 27 de enero de 1993, después de una infructuosa búsqueda de más de dos meses, los cadáveres de las tres chiquillas fueron encontrados semienterrados junto al pantano de Tous.
Lo peor, más allá de la triste noticia, eran las huellas en sus cuerpos, que mostraban todo tipo de torturas y vejaciones sexuales, algo que provocó una conmoción a nivel nacional.
Dos sospechosos fueron puestos en el punto de mira: Antonio Anglés y Miguel Ricart. El primero, tras ser localizado, logró huir. Desde entonces no se sabe nada de él. Unos sospechan que murió, mientras que otros aseguran que logró marchar a Brasil, su tierra natal. En todo caso, se encuentra entre los criminales más buscados por la Interpol.
Miguel Ricart fue detenido y juzgado, siendo condenado a ciento setenta años de prisión, aunque la derogación de la doctrina Parot lo puso hace dos años en la calle.
El conocido como Caso Alcasser, sigue estando en la actualidad rodeado de incógnitas y polémicas.
Ещё видео!