Desde que el 11 de junio de 2008 se aprobase el deslinde del tramo de costa que afecta a la Ribera de la Algaida, se inició una batalla jurídica y administrativa para anular la única figura de protección con la que contaba el humedal que allí se encuentra. Tanto el ayuntamiento como diversos particulares con intereses en la zona consiguieron el 28 de abril de 2011 que el deslinde se anulara por defectos de forma (demora en los tiempos de comunicación de la administración a los afectados) .
A partir de ese momento, y dado que en ningún momento del proceso judicial se pone en duda que la zona se trate de un bien de dominio público marítimo-terrestre, la propia sentencia insta a incoar un nuevo procedimiento de deslinde que garantice la protección del espacio litoral y lo deje fuera de la ordenación urbana.
A punto de cumplir los 6 años de la sentencia, asombra que con un expediente previo ya informado y todo el trabajo de campo realizado, el procedimiento de deslinde siga sin comunicarse ni hacerse efectivo. Esta tardanza en la que está incurriendo Costas (Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente) no es proporcional ni al trabajo a realizar -la última fase del procedimiento del deslinde- ni a los tiempos necesarios para el mismo, lo que para Ecologistas en Acción “no tiene otra explicación que la que se esté produciendo un intento de modificar y reducir el área inicialmente deslindada para hacerla coincidir con los intereses urbanísticos existentes sobre esta zona”.
A todo este proceso se une la espera de inclusión del Humedal de la Ribera de la Algaida en el Inventario Andaluz de Humedales, hecho propuesto en 2010 a instancias de la propia Delegación Provincial de Medio Ambiente y retomado por falta de actuación a instancias de los colectivos ecologistas y conservacionistas que trabajan en la zona en 2016 (Serbal y Ecologistas en Acción).
Si sumamos la reciente innovación presentada por el Ayuntamiento de Roquetas de Mar con la que pretende urbanizar el perímetro del antiguo deslinde y parte del Humedal de la Ribera de la Algaida, es fácil concluir que la demora en los distintos procesos tienen como únicos beneficiarios al Ayto. de Roquetas de Mar y los intereses privados de unos pocos. Este primero, aunque parece haber descartado su idea inicial de convertirla en una urbanización con vistas a un campo de golf (por los innegables valores ambientales y ecológicos reconocidos a nivel europeo), no descarta su uso a nivel urbanístico si finalmente la protección de la zona no se produce por instancias autonómicas y estatales.
Desde el colectivo ecologista, se insta a Costas (Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente) a la aprobación inmediata de un nuevo deslinde con rigor a los límites y extensión del antiguo procedimiento anulado por defectos de forma.
