En este video quiero meditar contigo sobre el efecto que tiene la relación con nuestras madres en todas las demás relaciones de nuestras vidas.
Si viví heridas de abandono con mi madre, tiendo así a proyectar esa herida en los demás. Esto se aplica a todos los otros aspectos.
Pero no debemos detenernos allí o quedarnos estancados mirando nuestras heridas. Debemos tomarnos de la mano de Dios, avanzar resignificando nuestro pasado y aprendiendo a AMAR para sanar y transformar nuestras relaciones.
Sin importar lo que hayas vivido Dios puede hacer nuevas TODAS las cosas y llenarnos con su amor.
Cuéntame ¿Has tenido alguna experiencia de cómo Dios puede sanar estas heridas?
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