Catequesis, poesia
En Mantilla tu naciste
De una muy noble familia
Cristiana y con valores,
Estudiaste con los Jesuitas
Y a su comunidad decidías
Entrar para dedicarte a
Salvar almas perdidas.
De vida austera y sencilla,
Sacrificada y convencida
Era su mision de salvar
Almas y su corazón ardía.
No rebuscadas, ni elegantes,
Con tus sermones hacias
Que las almas se entregaran
Y ardá6n con tu alegría.
Cuidabas a los enfermos,
En las pestes y protegias,
Les dabas los sacramentos
Y curabas sus heridas.
Te contagiaste y te curaste
Pero a buenaventura
tu amigo perdias
Y ahí sentiste tu misión
Que sacrificada y difícil sería.
Amabas las melodías
Que con tu Violin hacías
Con crucifijo en mano
A las almas derretias
Y también los animales
te llenaban de alegría.
Y te llegó la misión
A sud América te ibas
A compartir tu fervor por Dios
Que era toda tu vida.
La tempestad atacó y
La barca se partía,
Te quedaste sin temor
A salvar con valentía
Hasta el último esclavo
Y así llegaron hasta Perú
Y a Lima caminando.
Veinte años predicando
Hasta Tucumán desde Lima
Hambre, peligros, desolación,
Frío, ataques indígenas,
Que al son de tu violín
Y crucifijo hacías
Que te confundan con su Dios
Pero tu los corregias
Sólo hay un solo Dios
Ese que por tu medio convertía
Al más duro corazón
Y quedaban bautizados
Y por amor a Dios ardían.
Alegre,danzante,de los
animales amante, ellos
Disfrutaban tus melodías
Y eran tus acompañantes
En tan largas travesías.
Millones de indios salvajes
Llegaban y los enfrentarse,
El peligro era muy grande
Tu crucifijo tomaste y frente
a los atacantes con dluce vos
Les hablaste,el ataque desistieron
Y a muchos bautizaste.
Muchos milagros hiciste
Una vez hiciste que una
Plaga de langostas
Dejarán de consumirles
La cosecha a los campesinos
Con voz firme les hablaste
A esos hambrientos bichos,
Agua bendita y crucifijo
Con la plaga terminaste.
Una vez un tiro Bravo
Se escapó y sin piedad
A quien cruzaba lastimaba
Y tú llegaste otra vez, con
Valentía al toro Bravo
Con tranquilidad le hablaste
Y con sorpresa veían
Que el toro con simpatía
Tu mano te relamia
Y hasta lo acariciaste.
A los jugadores convertias
A los templos los llevaste
A los teatros te ivas, la función
Tu suspendias y a todos los
Sermoneastes y llorando se
Arrepentirán, los confesaste y bautizaste.
Mucha vida recorrida y muy débil te encontraste,
Lleno de virtudes vividas,
De golpe tu te marchaste
Lleno de santidad vieron
Las aves glorificarte.
Tus últimas palabras fueron
Que Dios sea Glorificado
Y expiraste , en esa tu habitación
Una luz iluminó toda la noche
Tu semblante lleno de paz y de amor
A la gloria te marchaste.
En 1675 Benedicto XIII te beatifico
Y en 1726 tu fuiste canonizado
Lleno de Santidad y valor
Una lección has dejado
" a pesar de los peligros,el miedo
Y el desazón, del Señor Seamos
Testigos, ahí firmes, sin temor
El siempre estará contigo
Si habréis tu corazón.
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