La tensión mundial está al límite tras el permiso de Joe Biden para que Ucrania ataque territorio ruso con misiles de fabricación estadounidense. Este movimiento marca un antes y un después en el conflicto, encendiendo todas las alarmas en Moscú y desencadenando una respuesta contundente de Vladimir Putin.

El Kremlin considera este ataque como una declaración indirecta de guerra por parte de Estados Unidos. Putin no solo actualizó su doctrina nuclear, sino que dejó claro que reducirá el umbral para utilizar armas nucleares si percibe una amenaza directa. La situación ha escalado peligrosamente, y los analistas temen que se desate un conflicto global con consecuencias catastróficas.

Mientras tanto, Biden enfrenta críticas internas. Con elecciones en puerta y Donald Trump prometiendo solucionar el conflicto mediante la diplomacia, la postura de Biden ha dividido a los estadounidenses. Los aliados de Trump califican esta decisión como irresponsable, acusándolo de dejar una bomba de tiempo a la administración entrante.

En el otro extremo, Zelenski celebra el apoyo estadounidense, intensificando los ataques y demostrando que las palabras no bastan en un conflicto de esta magnitud. Sin embargo, la participación de soldados norcoreanos del lado ruso y la respuesta bélica de Moscú hacen que la situación se vuelva cada vez más impredecible.

El mundo entero observa con preocupación, mientras las potencias juegan con fuego en un tablero geopolítico que podría descontrolarse en cualquier momento.

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