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El domingo pasado culminó la consulta popular impulsada por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, para determinar si seguía adelante o no con el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, una de las obras principales del actual primer mandatario Enrique Peña Nieto, presupuestada en 11.000 millones de dólares.
Finalmente ganó la propuesta planteada por el propio López Obrador, que según él significaría un ahorro de más de 8.000 millones de dólares para el Estado, frenando las obras del nuevo aeropuerto y, en cambio, reformando otros ya existentes.
(Audio López Obrador)
La decisión que tomaron los ciudadanos el día de ayer es racional, democrática y eficaz. Desde que se inició el análisis sobre este asunto, dejamos de manifiesto que quedaban a salvo los intereses de las empresas y de los inversionistas.
(Fin audio)
La propuesta del líder de izquierda es construir dos pistas en el aeropuerto militar de Santa Lucía, mejorar el actual aeropuerto de la Ciudad de México y reactivar el aeropuerto de Toluca.
¿Cómo se arreglará la situación con las empresas que venían ejecutando el proyecto original? El Presidente electo, quien asume el poder el próximo 1 de diciembre, dijo que buscará que esas compañías pasen a trabajar en el nuevo proyecto Santa Lucía o se llegue a un arreglo con ellas.
“Hay la posibilidad de que sigan con los contratos, haciendo la obra en Santa Lucía, el mismo volumen de obra o llegar a arreglos y en todo caso, se va a actuar con apego a la legalidad”, dijo.
La consulta ciudadana fue criticada por presuntas irregularidades electorales y porque cancelar el aeropuerto podría implicarle altos costos al gobierno mexicano y socavar la confianza de inversores internacionales en el país
La Mesa de Análisis Internacional con Javier Bonilla Saus, Leonel Harari y Gustavo Calvo.
