En el mundo, existen muchos casos de países que tienen tensiones étnicas, lingüísticas o geográficas que los hacen propensos a sufrir alguna secesión.
Un ejemplo interesante es Bélgica, La razón principal es porque este país está dividido lingüísticamente en dos regiones, la de Flanders donde predomina el neerlandés y la region de Valonia, mayoritariamente francófona. Esta división lingüística se complica debido a la profunda brecha económica, ya que Flanders es significativamente más prospera debido a su mayor desarrollo tecnológico e industrialización. Lo que ha llevado a fuertes tensiones y a considerarse la idea del separatismo como solución.
Otro caso complejo es China, no solo por el gran desafíos en relación a Taiwan, una entidad que considera parte de su territorio, aunque de facto es independiente. Si no también por las dos regiones orientales del Tibet y Xinjiang. Estas áreas han experimentado tensiones prolongadas debido a sus diferencias culturales y religiosas con el resto de China. Sin embargo, el gobierno chino ha mantenido un control estricto sobre cualquier movimiento independentista, lo que ha generado críticas en la comunidad internacional
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