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Hola a todos! En este video, quiero compartir una experiencia muy especial que tuve en el mercado de Oaxaca. Permítanme aclarar desde el inicio que no fui víctima de un robo literal en este lugar, pero lo que sucedió es una metáfora de cómo México ha capturado mi corazón de una manera inesperada.

Es fascinante cómo he notado un aumento en la cantidad de extranjeros que llegan a México, especialmente a lugares turísticos como Oaxaca. Y es comprensible: México tiene una forma única de cautivar a aquellos que lo visitan. Hay algo indescriptible en el aire, algo que te hace sentir diferente, algo que va más allá de las palabras.

Comparando con otros países, como Alemania, donde la expresión del patriotismo y el orgullo nacional puede ser diferente, México se destaca por su amor a la patria. Aquí, la gente muestra su cariño por la cultura, por la bandera, por su país, de una manera que no se ve en muchos otros lugares.

Recuerdo una historia que escuché sobre los cónsules alemanes que llegan a México por un tiempo determinado. Algunos de ellos, al final de su estadía, se sienten tan atraídos por este país que desean quedarse aquí. Algunos incluso tienen hijos en México y deciden adoptarlo como su hogar.

Ahora, regresando a mi experiencia personal en el mercado de Oaxaca, no fui víctima de un robo como tal. Pero mientras estaba inmerso en este ambiente acogedor, me di cuenta de algo profundo: México ha "robado" mi corazón. Es una metáfora poderosa que refleja cómo este país me ha ganado de una manera que no puedo ignorar.

Es como si México me hubiera abrazado, y a pesar de no haber sufrido un robo físico, sentí una conexión tan profunda con este lugar que no puedo evitar sentir que pertenezco aquí. Esta sensación de pertenencia, de sentirme en casa en un lugar tan distinto a mi origen, es algo que me impacta profundamente.

Amigos y familia, desde este lugar especial en Oaxaca, les envío un abrazo. Este sentimiento de conexión con México va más allá de lo que se puede ver a simple vista. Es una experiencia arraigada en el corazón y en el alma, algo que me hace querer seguir siendo parte de este país tan acogedor y lleno de amor.

En resumen, aunque no fui víctima de un robo literal en Oaxaca, la metáfora de que México "me robó el corazón" refleja cómo este país ha dejado una huella indeleble en mí. Esta experiencia ha sido un recordatorio poderoso de la conexión emocional que uno puede sentir con un lugar y cómo México ha conquistado mi corazón de una manera inigualable.

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