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De pequeña, Mayte Martín escuchaba "Los campanilleros" en un magnetófono con su familia. Es una copla que cantaba La niña de la Puebla. Luego la hicieron suya Manolo Escobar y Raphael. Es una canción popular, de las que pertenecen a la memoria. A la privada y a la colectiva. Este tipo de canciones muchas de origen humilde, todas músicas que cobran sentido vividas en compañía, son las que dan forma al proyecto "Por los muertos del cante". Es un homenaje a los muertos, a las cantaores de los que Mayte Martín aprendió "la profunda verdad del flamenco", pero también es un homenaje a los padres, tíos y abuelos que le legaron cosas mucha más difíciles de definir. Mayte Martín vino a La Casa Murada con el propósito de registrar por primera vez estos fragmentos de memoria.

Ella y sus músicos se quedaron tres días. Los dos primeros los dedicaron a trabajar a conciencia el tratamiento que había que dar a cada una de esas coplas, milongas y sevillanas. Son canciones humildes, sí, pero Mayte Martín las trata con reverencia. Al tercer día, entraron al estudio a gravarlas. Durante los tres días, la Casa Murada fue su casa y la nuestra. Compartimos mesa. Parece un detalle accesorio y no lo es. Tiene que ver con la esencia del proyecto que trajo a Mayte Martín a Tots Sants. "Para mí, sentarme a la mesa con alguien significa compartir algo esencialmente importante. Nutrirse", dice. "Es bonito que alguien cocine para todos".

Nosotros recordamos su aplomo, el cuidado con el que trataba a todo el mundo y el respeto con el que enfrentaba el momento de hacer música. Ella recuerda, por encima de todo, las sobremesas. Reírnos juntos. "La complicidad de estar disfrutando al mismo tiempo de las mismas cosas". De eso trata "Por los muertos del cante". Y de eso trata Tots Sants.

Juan Ramón Caro: guitarra
Chico Fargas: percusión
Mayte Martín: voz
José Luís Montón: guitarra

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