La defensa pudo demostrar que un proyectil que la causó la muerte al joven salió del arma de dotación de un patrullero, el cual deberá pagar 33 años de prisión por el delito de homicidio agravado. En medio del dolor de perder a su hijo, Dagoberto Túquerres celebró la condena.'Para nuestra familia es muy importante. Estamos muy contentos, gracias a papito Dios se hizo justicia', mencionó Túquerres.La muerte de Clisman Eduardo Túquerres se registró el 17 de noviembre de 2012. El joven, que en ese entonces tenía 19 años, se encontraba jugando fútbol en una cancha del corregimiento de la Buitrera. Ocho meses después del hecho, el patrullero de la policía Yeison Julián Rayo fue desvinculado de la institución y la justicia ordinaria asumió el caso.Para el padre de la víctima, con esta decisión se abre un camino ante casos donde se violan los derechos humanos por parte de integrantes de la fuerza pública. 'Han sido dos años y medio bastante difíciles para mí, para mi familia y esposa', dijo.Los exámenes médicos y testimonios de especialistas que atendieron al joven fueron trascendentales,para comprobar que el uniformado lo atacó con su arma de dotación.'Ese proyectil ingresó por la parte trasera de la región retroauricular de Clisman Eduardo Túquerres y salió por la región frontal. Fue ejecutado por la espalda cuando se encontraba en posición de indefensión, por eso el homicidio es agravado', puntualizó Gonzalo Perdomo, abogado de los familiares de la víctima.
