En una decisión judicial sin precedentes en El Salvador, tres miembros de la infame pandilla Mara Salvatrucha (MS13) han sido sentenciados a penas que superan los 300 años de prisión cada uno. José Alfredo Canales enfrenta 384 años de cárcel, mientras que Eduardo Ramírez y Yoni Lobo, 325 y 320 años respectivamente. Los cargos incluyen extorsión agravada, pertenencia a organizaciones terroristas y conspiración para cometer homicidio agravado.

Entre agosto de 2017 y marzo de 2018, estos pandilleros ejecutaron una serie de crímenes en el oriente del país, extorsionando a comerciantes que aterrados, pagaban sumas de entre 30 y 200 dólares mensuales para asegurar su seguridad. Aunque el régimen de excepción actualmente implementado ha sido objeto de fuertes críticas por presuntas violaciones a los derechos humanos, incluyendo detenciones arbitrarias y señalamientos de torturas, el apoyo popular a las medidas de seguridad del gobierno de Nayib Bukele sigue siendo significativo. Esta sentencia marca un punto importante en los esfuerzos del país por combatir la delincuencia y la violencia pandillera, en lo que la fiscalía describe como la "guerra" contra las pandillas.

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