Entrevisté a Diego Fernández de Cevallos y fue una hazaña.

Hace meses le envié un mensaje el cual amablemente respondió. Su respuesta fue ambigua, agradecía la consideración, pero no estaba dando entrevistas, me pidió que lo buscara en cuestión de dos meses.

A los dos meses regresé, pero la respuesta fue algo similar. Anoté en mi calendario la nueva fecha de contacto esperando tener éxito.

Un día recibí el mensaje de una seguidora -a la cual le estoy eternamente agradecida y a quien por confidencialidad apodaré como “E”-.
El mensaje decía: “Mariana te ayudo a contactar al Jefe Diego”. Pensé que era un tipo de broma o scam y malamente no respondí el mensaje.

Llegó la nueva fecha de contacto y contacté al Jefe Diego. En esta ocasión su respuesta asomaba la posibilidad de hacer realidad la entrevista, pero seguía sin concretar una fecha.

Una hora después de intercambiar mensajes con el ex candidato presidencial me escribe “E”.
Su mensaje decía: “Me acaba de platicar Diego que le escribiste buscando la entrevista, ya le hablé sobre ti y tu trabajo, yo te ayudo a concretarla”.

A los 5 días recibí un mensaje del Jefe Diego el cual contenía fecha, hora y lugar de nuestro encuentro.

La vida está llena de sorpresas, y en la vida quien persevera generalmente alcanza.

Que sea de su gozo y disfrute.

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