En la época de los mexicas, los entierros eran diferentes de acuerdo con la clase social y la muerte que tuvieran, asimismo, iban acompañados de ofrendas con lo más indispensable para ellos en vida, algo que no cambió en la actualidad.

La muerte para el hombre que vivió en el periodo virreinal era un hecho natural; la concebía como un acto lógico y aceptado plenamente, pues representaba el inicio de una vida eterna en el reino de Dios. Para ello el cuerpo debía reposar en la tierra de donde fue formado.

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