Elena Angulo siempre había sido inquieta. Amante de las matemáticas y la física, persiguió su sueño hasta que lo encontró. Su historia comienza en La Aldea de San Nicolás, un pequeño municipio de poco más de siete mil vecinos en Gran Canarias. Corría el año 1993: “Durante los 13 años que estuve allí, intenté ayudar, desde mi especialidad de análisis clínicos con el laboratorio, con la elaboración de fórmulas magistrales y con mi participación en la asociación empresarial del municipio. También colaboré con la radio municipal y con los colegios en actividades educativas”.
