Petro sacrifica a los más pobres para forzar al Congreso: salud y bienestar en la cuerda floja.
El gobierno de Gustavo Petro, en un giro que deja en evidencia su estrategia política, parece decidido a asfixiar al sistema para doblegar al Congreso y aprobar su reforma tributaria. Las palabras del presidente, que hace días defendían a los más vulnerables, se han transformado en acciones que golpean directamente a quienes menos tienen. El reciente ajuste de la UPC, muy por debajo del aumento del salario mínimo, es una muestra clara de que los recortes se están dirigiendo a sectores críticos como la salud, dejando a millones de colombianos sin opciones frente al colapso del sistema de EPS. Mientras tanto, el discurso oficial, respaldado por figuras como Gustavo Bolívar, responsabiliza al Congreso por la caída de una ley que representaba apenas un 2% del presupuesto, pero que ahora se utiliza como excusa para recortar programas esenciales. En palabras de Bolívar, “el pueblo paga las consecuencias”, pero la realidad es que los sacrificios no parecen tocar ni al presidente ni a sus aliados, quienes cuentan con atención médica de élite, lejos de la crisis que enfrentan los ciudadanos. Un panorama oscuro donde los que dijeron priorizar al pueblo parecen, en la práctica, haberlo abandonado.
