El mercado de Santa Caterina se encuentra en el corazón de la ciudad de Barcelona, sobre los restos de un antiguo convento, que como consecuencia de la desamortización y el posterior abandono, sirvió para dotar a la ciudad de un mercado cubierto en una época en la que la industrialización de Barcelona tenía un enorme dinamismo. El 13 de agosto de 1848 se dio por finalizadas las obras. En un principio la obra estaba descubierta en su espacio central, teniendo techumbre sólo los laterales. Posteriormente, ya entrado el siglo XX se cubrió todo el espacio central, con una estructura superpuesta a la original, habilitando mas paradas. Una parte del mercado se ha dejado con las estructuras primitivas encontradas en las excavaciones y que permiten visitar un pequeño centro de interpretación.
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