Fincas de recreo en Cáceres y Badajoz, entre el esparcimiento y el turismo rural.
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Cáceres es una de las provincias con mayor extensión territorial de España (la segunda, para ser exactos) y también una de las que cuentan con menor densidad de población. Todo ello se traduce en una región marcada por la abundancia de fincas de recreo envueltas por paisajes naturales de gran belleza.
Pero, ¿Qué usos se les da habitualmente a estas propiedades?
Todo depende de la motivación de la compra. En primer lugar, las superficies de menor tamaño pueden servir como finca privada, con un uso exclusivamente personal y sin ninguna orientación comercial a la vista.
Se trata de la opción preferida por quienes buscan una segunda residencia o una propiedad veraniega a la que retirarse para huir del bullicio de las ciudades. La tranquilidad está más que garantizada al tiempo que la cercanía de distintos núcleos habitados de pequeño tamaño permite acceder a los servicios mínimos necesarios. Además, muchas de estas propiedades cuentan incluso con viviendas ya edificadas.
La segunda opción, más habitual, es destinar la finca a su explotación económica como foco de atracción del turismo de interior. La construcción de casas rurales cuenta con el aliciente de las distintas atracciones turísticas de los alrededores.
No olvidemos que Cáceres dispones de parajes tan notables como el Parque Nacional de Monfragüe, la sierra de San Pedro o el valle del Jerte. A todos ellos cabe añadir la tradicional estampa de la sierra extremeña en general protagonizada por las dehesas, espacios de pasto para el ganado y profundo sosiego para el visitante.
