En los últimos días, los niveles de los embalses que abastecen de agua potable a Bogotá han mostrado una leve mejoría, gracias a las lluvias registradas en la región, especialmente en el páramo de Chingaza, donde se ubican los embalses del sistema que alimenta la capital. A pesar de este repunte, la situación sigue siendo preocupante, y la capital colombiana aún enfrenta una crisis hídrica que no se ha superado.
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