La pandemia provocada por el Covid-19
ha desnudado las profundas carencias e inequidades y la falta de preparación de los sistemas educativos latinoamericanos para enfrentar los retos de la educación fuera del aula.
Se estima que en el momento más crítico, más de 160 millones de estudiantes dejaron de estar en sus escuelas.
La gran brecha digital que tiene América Latina y el Caribe en comparación con estados más avanzados.
Se evidencia en la falta de integración de herramientas digitales en los procesos educativos
Y la deficiente preparación y capacitación de los docentes para utilizarlas en el aprendizaje.
Si se suma la falta de acceso, especialmente de las familias más vulnerables,
A herramientas como computadores, tablets, teléfonos, y buena conexión a internet, los resultados a corto plazo son preocupantes:
- Caídas en el desarrollo de habilidades básicas en lectura, escritura y matemáticas
- Profundización de brechas socioeconómicas preexistentes, que afectan especialmente a las familias de menores recursos,
- Afectación al desarrollo integral de niños y niña , en su salud y alimentación.
A mediano y largo plazo, el efecto más grave de la pandemia,
Puede ser el incremento en la deserción escolar y sus devastadoras consecuencias:
- Interrupción de las trayectorias educativas
- Menor oportunidad de conseguir empleos de calidad
- Remuneraciones previsiblemente más bajas
- Vida económicamente menos productiva.
La crisis actual presenta oportunidades de mejora, especialmente para aprovechar mucho más la tecnología para:
- Desarrollar las habilidades digitales de estudiantes y maestros
- Mejorar la gestión de los sistemas educativos
- Formar para la cuarta revolución industrial, unidas a la necesidad de reformular la relación escuela – comunidad, imaginar nuevas e innovadoras formas de relación entre estudiantes y profesores dentro y fuera del aula, y promover una mayor y más eficiente inversión
que mejore la calidad de los sistemas educativos en América Latina y el Caribe.
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