El National Center on Elder Abuse informa que el 90% de los estafadores que cometen abuso financiero, son familiares o personas que conocen bien a la víctima, como vecinos, amigos, parejas o cuidadores.
El caso de Irina es similar al de muchas personas jubiladas, quienes al recibir sus ahorros y cantidades importantes de dinero al final de su carrera, se convierten en blanco de interés de personas sin escrúpulos que de buenas a primeras aparecen en sus vidas con la intención de despojarles de sus cuentas de banco o de sus bienes.
Cuando se trata de mujeres, la situación definitivamente más grave, ya que el abuso económico lateralmente implica violencias de otro tipo.
En la intención de despojo, los engaños están siempre presentes y en este sentido, el concepto de información asimétrica desarrollado por George Akerlof encaja perfectamente en la situación.
A Irina la engañaron, primero convenciéndola de que la compra de una casa era una "magnifica oportunidad", sin embargo, al no ofrecerle información completa sobre los vicios ocultos de la casa y al no entregar -a propósito- un contrato de compra-venta, nunca se aclaró en que términos quedaría la posesión del inmueble, las deudas que había que pagar y los tiempos y términos para la escrituración.
Irina no estaba sola, tenía amigos y hermanos a un lado, sin embargo durante los cinco años de sufrimiento decidió afrontar sola su problema ya que necesitaba ser más inteligente y ello implicó el aislamiento y trabajar todos los días emocionalmente para poder salir adelante.
El desenlace de esta historia queda en suspenso.
El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y precisamente hoy se publicó la entrada en vigor de las reformas de la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia:
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