Ares, el dios griego de la guerra, es una figura compleja y a menudo incomprendida de la mitología griega. Representante del aspecto más brutal y sangriento de la guerra, Ares difiere de Atenea, quien simboliza la estrategia y la guerra justa. Hijo de Zeus y Hera, Ares inspiraba tanto temor como desprecio entre otros dioses debido a su naturaleza agresiva e impulsiva. Aunque adorado en Esparta, donde la guerra era un modo de vida, en otras partes de Grecia se le consideraba menos favorablemente. Curiosamente, el romance de Ares con Afrodita, diosa del amor, simboliza una intrigante unión entre el amor y la guerra.

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