Un paro de 24 horas de la
policía civil en 13 estados, otro del transporte público en San
Pablo, protestas en Belem y el anuncio de nuevas manifestaciones
sacuden a Brasil a menos de 22 días de que se inicie la Copa del
Mundo.
Según confirmó la Confederación Brasileña de Trabajadores de
la Policía Civil (Cobrapol) en su página web, resolvieron paralizar
hoy sus actividades los sindicatos de los estados de Alagoas,
Amazonas, Bahía, Espírito Santo, Minas Gerais, Pará, Paraíba,
Pernambuco, Río de Janeiro, Rondonia, Santa Catarina, San Pablo y
Tocantins.
Ante la huelga, el ministro de Justicia, José Eduardo
Cardozo, descartó la posibilidad de que la misma pueda extenderse a
otras fuerzas debido a que la Corte Suprema ya dictó un precedente
sobre la inconstitucionalidad de las huelgas de policías.
Cardozo dijo que en caso de que sea necesario, el gobierno
puede enviar a la Fuerza Nacional de Seguridad Pública -integrada
por miembros especiales de las diferentes policías- y las Fuerzas
Armadas para garantizar el orden y la ley.
"No creo que ningún brasileño y ninguna brasileña quiera que
la sociedad pague la cuenta de un proceso que tiene que ser de
diálogo y de reivindicaciones", afirmó Cardozo en entrevista citada
por la agencia EFE.
La huelga de policías coincide con una paralización de
colectivos que desde ayer tiene lugar en San Pablo y que dejó a
miles de ciudadanos sin transporte a menos de tres semanas de que
comience el Mundial, que será inaugurado precisamente en la mayor
ciudad brasileña.
La protesta es promovida por disidentes del Sindicato de
Conductores y Trabajadores del Transporte Terrestre Urbano
(Sindmotoristas) y provocó el cierre de 14 terminales de ómnibus,
el bloqueo de calles y avenidas con decenas de vehículos
atravesados y congestión en el tránsito.
El presidente de Sindmotoristas, José Valdevan, estimó hoy
que están fuera de circulación unos 1.200 colectivos, que
representan el ocho por ciento de la flota total de la ciudad.
A raíz del paro, que afectó a miles de usuarios y desbordó la
capacidad de otros medios de transporte urbano, como trenes y el
subte, la municipalidad suspendió hoy por segundo día la
restricción de circulación de autos, que consiste en que vehículos
con placas terminadas en números par e impar transiten por la
ciudad en forma alternada.
Los colectivos quedaron guardados en 32 depósitos y los pocos
choferes que no adherían al paro fueron amenazados por sus colegas,
en una ciudad que sufre también huelga de docentes, consignó la
agencia DPA.
El gobierno municipal, en tanto, buscaba hasta esta tarde
salidas a la huelga que trastorna la rutina de la capital, y que
fue lanzada ayer sin aviso.
Según el alcalde Fernando Haddad, los choferes que están en
huelga usan tácticas similares a las de asaltantes o guerrilleros.
"Es una guerrilla inadmisible; ¿cómo van a entrar en los autobuses
y mandar a la gente a bajarse", dijo anoche en una entrevista
televisiva, citó el sitio Brasil247.
La acción de los choferes también fue condenada por Valdevan:
"Hay algo por detrás, hay un juego que busca desgastar al sindicato
y su presidente; alguien está dirigiendo esto", aseguró.
Los choferes en paro no aceptaron la propuesta de reajuste
salarial de 10 por ciento ofrecido por los empresarios del sector,
y convalidado por las autoridades tras su aceptación en asamblea de
trabajadores.
El secretario municipal de Transportes, Jilmar Tatto, señaló
que podría accionar al Ministerio Público para que abra una
investigación sobre el paro.
En ese marco, en Belem, norte de Brasil, manifestantes
invadieron la sede donde se exponía la Copa del Mundo y lanzaron
piedras contra el edificio que alberga la exposición.
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