Los cierres de accesos viales a Miraflores, las requisas a los automóviles que van a Caracas, y a los hoteles de la capitall; la militarización del metro y hasta la cara de intestino inflamado de Jorge Rodríguez rejuramentándose en la Asamblea de la traición, se resumen en una palabra: MIEDO.
Diosdao Cabello es el "Guachimán" designado y Alexander Gramko Arteaga el espanto del torturador para recordarle a los venezolanos que el régimen está dispuesto a la tortura, el fuego y la sangre. Pero bastó con el anuncio de María Corina Machado llamando a la calle en Venezuela y a una movilización mundial el 9 de enero, y bastó con el inmediato llamado del Presidente Edmundo González Urrutia a los militares para que cumplan su deber de defender la soberanía nacional, para que raudos y chorreados los felones matones corrieran a la Orchila de urgencia y es que ya de manchan hasta con el chirrín de los grillos. La próxima vicepresidente, a la que la propaganda madurista quiso vender como evadida, como ida para Estados Unidos, Panamá y como de merca con narcos en Colombia; les ha respirado en la nuca fuerte y claro desde donde siempre estuvo, Venezuela. No solo temen los dictadores por la debacle de las mal calculadas lealtades militares, sobre todo después del robo del 29 de julio y la cochinada sangrienta que le sucedió. Ahora el afloje de esfínteres les vino por el derrumbe de las lealtades entre los mismísimos colectivos. Muchos de estos se sublevan porque no perdonan que habiendo perdido las elecciones Maduro, también a causa de la mayoría de los chavistas que le dieron su voto a Edmundo, los reventones de ventanas, puertas derribadas y gente secuestrada, haya sido por venganza contra la gente del chavismo basal. El grito del 9 de enero, el grito del YA BASTA, a Nico y su gorgojero, lo tienen hecho una plasta. Kabum!!!!
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